Una de las grandes preocupaciones del año 2023 en el sector eléctrico fue el tema del impacto climático que representó y aún representa el fenómeno de El Niño y sus consecuencias futuras para el año 2024.
Desde entonces, observamos datos provenientes tanto del Canal de Panamá como del Instituto de Meteorología e Hidrología de Panamá (IMHPA) sobre una significativa reducción en el aporte de lluvias en las cuencas que se utilizan para la operación del Canal y para la producción de energía eléctrica.
Como resultado, los responsables del despacho de generación en el país tomaron dos decisiones:
- Reservar de forma estratégica el agua en los embalses de Bayano (Panamá Este) y de Fortuna (Chiriquí) para asegurar el suministro confiable a través de generación hidro durante la temporada seca del año 2024 junto con la capacidad térmica disponible.
- Suspender las exportaciones de energía para contribuir de forma directa a la estrategia de conservación de agua.
Estas resoluciones, tomadas con antelación, dieron como resultado una mayor generación a través de combustibles fósiles durante el año 2023.
Si comparamos la generación de renovables (sol viento y agua) en el año 2022, fue de un 82% del total del país, mientras que en el 2023 sólo fue 64%. Se ve claramente cómo la disminución del despacho a través de cuencas hídricas impactó la generación de fuentes renovables. Esto ocasionó que el despacho de combustibles fósiles aumentara. Lo anterior, aunado al precio internacional de los combustibles, variable externa, fueron las razones principales para que los cálculos se dieran para este nuevo ajuste tarifario.
Otro de los factores que ha incidido en estos aumentos es la falta de planificación oportuna por parte de las autoridades reguladoras, las cuales tienen que prever el comportamiento de este sector para garantizar su confiabilidad, asequibilidad y sostenibilidad. El año pasado (2023) se realizaron licitaciones de corto plazo y las mismas reflejaron precios acordes a la situación climática existente y futura, es decir, con tendencia al alza y superiores a los esperados.
Actualmente, las distribuidoras tienen alrededor de un 30% de su demanda sin contratos y por tanto están expuestas al mercado ocasional (spot), el cual, debido a la situación climática, mantuvo el año pasado precios por encima de los que se pudieron haber obtenido a través de contratos de largo plazo.
Si bien, un poco más del 70% de los consumidores del país, consumen mensualmente menos de 300Kwh (Kilovatios-hora) y por tanto no se verán afectados por estas alzas a la tarifa, debido a los subsidios que actualmente se le aplican a esa banda tarifaría, ningún panameño debe seguir pagando por las consecuencias de una mala planificación.
Las autoridades responsables deben buscar los mecanismos para que el 100% de la energía esté contratada y así evitar estos aumentos ocasionados por el uso de combustibles fósiles. Es momento de exigir una planificación más eficaz y medidas que pongan fin a la incertidumbre tarifaria, propiciando un futuro energético más estable y equitativo para Panamá.